Seguridad, paz y participación ciudadana

07.10.2013 01:57
 
En los últimos diez años los estudios sobre prevención de violencia han estado fuertemente vinculados al tema de la Seguridad Ciudadana. Cuando se habla de la seguridad ciudadana, se hace referencia a una situación social donde predomina la sensación de confianza, entendiéndola como ausencia de riesgos y daños a la integridad física y psicológica de las personas, donde el Estado debe garantizar la vida, la libertad y el patrimonio ciudadano.
 
Cuando hablamos de seguridad o inseguridad, lo debemos hacer desde un enfoque de derechos humanos, que entiende la inseguridad como toda  amenaza a la integridad y realización humana, y que está en función de la satisfacción de las necesidades humanas (1).
 
En los últimos 3 años, en el Paraguay se ha logrado construir una Política Nacional de Seguridad Ciudadana - PNSC  en el marco del “Programa de Innovación Institucional en Seguridad Ciudadana para Promover la Cohesión Social y Competitividad”. Adicionalmente  se ha impulsado la construcción de una Estrategia Nacional de Seguridad Ciudadana (ENSC), la que se constituye en una propuesta técnica a través de cual la PNSC será implementada o puesta en práctica (2).
 
La PNSC plantea cuatro ejes temáticos: el diagnóstico situacional e institucional como una tarea permanente; la modernización institucional; la prevención y control de la violencia y el delito; y, la atención a situaciones especiales de conflictividad social y actividades criminales. Asimismo, el documento base también se caracteriza por considerar cinco dimensiones transversales fundamentales a tener presente: Participación Ciudadana, el irrestricto respeto a los Derechos Humanos, la atención a la Violencia de Género, la lucha contra la Impunidad y la necesidad de un Esfuerzo Comunicacional.
 
Desafortunadamente tanto la Política como la Estrategia Nacional de Seguridad Ciudadana no son conocidas por la población, a la par de haber carecido en su elaboración, de un  proceso más amplio de debate y reflexión que hubiesen permitido la apropiación de la misma por parte de la ciudadanía.
 
Riesgos para el desarrollo y la paz en Paraguay
Si bien en Paraguay, el escenario macroeconómico en los últimos años ha sido en gran medida positivo: con una deuda exterior relativamente baja (13,2 % del PIB para el periodo 2010),  un crecimiento importante en 2007 (+6,8 %), y 2008 (+5,8%). En el año 2009, el contexto internacional de recesión, unido a una grave sequía interna, provoca un periodo de crecimiento negativo (-3,8% PIB), si bien en 2010 la economía retoma la senda del crecimiento con su mejor registro histórico (+15.3 % PIB) (3) muy por encima de la tasa promedio de los últimos cinco años (+5,7% PIB).  Dicho crecimiento económico ha estado lejos de provocar el efecto “derrame” sobre grandes sectores de la población. Se estima que la población paraguaya para el año 2010 alcanzó los 6.451.000 habitantes con una distribución proporcional entre ambos sexos; el 58% reside en áreas urbanas y el 42% restante en áreas rurales. En general, la población nacional muestra un claro predominio de los grupos de edades jóvenes, constituyendo un  64 % de la población los menores de 30 años de edad, y la franja correspondiente a 65 y más años representa apenas el 5% del total de la población. En relación a la población total, el 35,5% tiene menos de 17 años. Gobierno de la República del Paraguay.  (4).
 
Según los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), del año 2010, realizada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), en términos absolutos unos 2.197.000 paraguayos viven en la pobreza, que representa el 34,7 % de la población. La pobreza extrema se acentúa más en el área rural con un 32,4%. Para el año 2010 la pobreza castigaba al 45% de la niñez total del país y la pobreza extrema al 27% de la misma (más de 1.100.000 y casi 662.000 niños y niñas respectivamente).  Es decir, uno de cada dos niños que viven en Paraguay son pobres, y uno de cada 4 vive en condición de indigencia. De los niños que habitaban en zonas urbanas el 34% (más de 450.000) vivían en condiciones de pobreza frente a más de 650.000 en igual condiciones en el área rural (58%) (5).La niñez indígena se veía aún más afectada por esta condición pues el 77% de la misma vivía en condición de pobreza y el 63% en extrema pobreza (6).
 
La expulsión de familias del campo a la ciudad es una constante en las últimas tres décadas. La estructura social paraguaya se mantiene en base a contradicciones tales como el monopolio de la tierra (latifundio), la ocupación irregular extranjera en la frontera y la pauperización minifundista campesina.  Alrededor de medio millón de paraguayos han tenido que emigrar hacia otros países. Según datos aportados por el PNUD; en el periodo 2001-2007 emigraron cerca de 280 mil personas que se dirigieron mayormente hacia  Argentina y, últimamente, a España (7).
 
Es importante mencionar que desde inicios de la década 2000, en el país se ha ido conformando un grupo guerrillero denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Dicho grupo se asentó primariamente en el norte del país y paulatinamente fue extendiendo su accionar a otras regiones. Informaciones de prensa dan cuenta de una serie de procesos de reclutamiento de miembros, acciones armadas, secuestros, etc.
 
Si bien, Paraguay tiene una deuda social histórica, el aparecimiento de un conflicto armado interno puede traer otra serie de consecuencias. Por las experiencias vividas en otros países de América Latina, podemos decir, que algunas situaciones que se pueden dar están relacionadas con:
 
•    Seguramente, una buena parte de los recursos oficiales acrecentarán la inversión en defensa y gastos de seguridad, lo que seguramente repercutirá en recortes en los presupuestos sociales;
•    El clima de violencia genera y generará inestabilidad y desalentará la inversión productiva;
•    Se boicotearán y destruirán una serie de fuentes de trabajo y de producción;
•    El tejido social será sometido a un resquebrajamiento paulatino.
•    La inseguridad ganará carta de ciudadanía;
•    Se  establecerán desconfianzas, dudas y miedos en diversos grupos poblacionales;
•    Se provocaron serias heridas en la salud física, psíquica y espiritual de la población;
•    Se perderá la ya deteriorada confianza en las instituciones públicas;
•    Emergerán otros conflictos y se polarizará a la población, llevándoles a tomar partido por una de las partes;
•    Se dificultará el trabajo colectivo y la unidad comunitaria.
•    Seguramente los pobres se harán más pobres.
 
¿Qué se puede hacer? Las experiencias generadas en diversos países de la región y en otros países de América Latina, muestran la necesidad de poner en marcha un proceso de resolución alternativa a los conflictos; a la par de trabajar por la reconciliación y la paz en la población.  
 
 
Notas:
[1] Massolo, Alejandra. Género y seguridad ciudadana: el papel de los gobiernos locales. Estudios Centroamericanos (ECA)  681-682. Junio del 2005.
[2] Ministerio del Interior.  Estrategia Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2016. Documento Base elaborado por el consultor Gastón Hernán Schulmeister. En: https://www.mdi.gov.py/images/pdf_mdi//ENSC_BID-documento-ajustado.pdf consultado: septiembre 2013.
[3] Informe Preliminar Banco Central del Paraguay 2010.
[4] Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos. Paraguay: Proyección de la Población Nacional por sexo y edad. 2000-2050. Asunción, Paraguay, Diciembre 2005. Pp. 119.
[5] UNICEF-Paraguay. Niños y Niñas Urbanos en Paraguay. Asunción, Paraguay. Abril 2012. Pp. 52.
[6] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe Nacional sobre Desarrollo Humano Paraguay 2008. Equidad para el Desarrollo.  PNUD. Pág. 206; y PNUD-UNICEF-UNFPA. Inversión en la Infancia en el Paraguay en tiempos de crisis. Boletín 13 del Programa Conjunto PNUD-UNICEF-UNFPA “Invertir en la Gente”, Abril 2010. Pág. 8
[7] Otros datos recogidos alrededor de la campaña para modificar el artículo 120 de la Constitución a fin de habilitar el voto de los paraguayos residentes en el extranjero indican que de los paraguayos que están registrados en otros países, en Argentina hay 550.713 personas; en Bolivia 3.201; Brasil 28.822; Chile 1.222; Uruguay 1.512; España 86.682; Estados Unidos 50.000, Totalizando 722.152 paraguayos. En: Comité de Iglesias para ayudas en Emergencia. Situación de los derechos humanos en Paraguay. 2011. Asunción, Paraguay, diciembre del  2011. 151 pp.